miércoles, 15 de febrero de 2012

Cambio de tono en la Secretaría de Comercio Exterior

La administración del comercio exterior en el Gobierno es un dogma. Y durante no poco tiempo las importaciones eran un anatema.

Pero la semana última, durante una reunión entre la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, junto con su subsecretaria, Paula Español, el recibimiento que le dieron al presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Diego Pérez Santisteban, marcó una serie de inflexiones en el tono del discurso. Tampoco a tal punto que hicieran olvidar, en medio de un canto de sirenas, el objetivo fundamental K: mantener el superávit comercial, y si los precios de las commodities impactan en las exportaciones, ahorcar a las importaciones para que el impacto no se sienta tanto en la balanza.

El cambio en el tono se observó sobre todo en una mayor apertura a trabajar en forma conjunta. También en la aceptación a ofertas de los empresarios de colaborar en el objetivo oficial, en el que los separa una cuestión de principios, pero donde no es necesario que por desprolijidad, apuro o ansiedad se "embolse" a todos en normas colectivas discrecionales.

"No van a transgredir sus objetivos", indicaba una fuente que estuvo cerca de los protagonistas del encuentro, esperanzado, como todo desesperado, en gestos mínimos que lo ayuden a ver la realidad con otros ojos.

Paglieri pidió tener reuniones de ese tipo con más frecuencia para prevenir la dinámica del embudo, donde se acumulan expedientes que desnudan la falta de criterio y conocimiento técnico.

¿La luz al final del túnel? Monitorear con ojo crítico a los sectores "beneficiados" por las políticas de importación instrumentadas para ver si hay un "desarrollo productivo sustentable para la sustitución de importaciones" en ciernes, o si hay respeto por el "cronograma de inversiones" prometido

FUENTE LA NACION

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