miércoles, 15 de febrero de 2012

Cambio de tono en la Secretaría de Comercio Exterior

La administración del comercio exterior en el Gobierno es un dogma. Y durante no poco tiempo las importaciones eran un anatema.

Pero la semana última, durante una reunión entre la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, junto con su subsecretaria, Paula Español, el recibimiento que le dieron al presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Diego Pérez Santisteban, marcó una serie de inflexiones en el tono del discurso. Tampoco a tal punto que hicieran olvidar, en medio de un canto de sirenas, el objetivo fundamental K: mantener el superávit comercial, y si los precios de las commodities impactan en las exportaciones, ahorcar a las importaciones para que el impacto no se sienta tanto en la balanza.

El cambio en el tono se observó sobre todo en una mayor apertura a trabajar en forma conjunta. También en la aceptación a ofertas de los empresarios de colaborar en el objetivo oficial, en el que los separa una cuestión de principios, pero donde no es necesario que por desprolijidad, apuro o ansiedad se "embolse" a todos en normas colectivas discrecionales.

"No van a transgredir sus objetivos", indicaba una fuente que estuvo cerca de los protagonistas del encuentro, esperanzado, como todo desesperado, en gestos mínimos que lo ayuden a ver la realidad con otros ojos.

Paglieri pidió tener reuniones de ese tipo con más frecuencia para prevenir la dinámica del embudo, donde se acumulan expedientes que desnudan la falta de criterio y conocimiento técnico.

¿La luz al final del túnel? Monitorear con ojo crítico a los sectores "beneficiados" por las políticas de importación instrumentadas para ver si hay un "desarrollo productivo sustentable para la sustitución de importaciones" en ciernes, o si hay respeto por el "cronograma de inversiones" prometido

FUENTE LA NACION

miércoles, 11 de enero de 2012

Nuevas reglas de comercio en un año complicado


La declaración anticipada de importación implementada por la AFIP será obligatoria para toda compra que tenga por destino final el mercado interno. No se precisó si irá de la mano de una autorización previa o será meramente informativa.

Por Javier Lewkowicz

Los importadores deberán informar de manera detallada sus operaciones a la AFIP en forma previa a realizar cualquier pedido de compra al exterior. Así lo dispuso el organismo recaudador mediante una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial. Si bien la norma no lo dice explícitamente y todavía resta que sea reglamentada, de ahora en más las importaciones deberían obtener, para hacerse efectivas, la aprobación de la Secretaría de Comercio Exterior, encabezada por Beatriz Paglieri, que opera bajo la órbita del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El Gobierno pretende obtener un superávit comercial de entre 10 y 12 mil millones de dólares en 2012, para lo cual la administración del comercio, en un contexto de crisis global y complicaciones desde el lado de la oferta de divisas por la sequía del agro, le resulta una herramienta central.

Los empresarios importadores se enteraron ayer de la modificación. “Vamos a pedir una reunión con Echegaray (Ricardo, titular de la AFIP) para que nos aclare la situación”, señaló a este diario Diego Pérez Santiesteban, presidente de la Cámara de Importadores (CIRA). La información que completen los importadores sobre sus operaciones será cruzada con el sistema de control a la compra de dólares.

La resolución 3252 de la AFIP crea una Declaración Jurada Anticipada de Importación y entrará en vigencia a partir de febrero. Afecta la compra externa de bienes “para consumo”, según define el organismo recaudador. Se trata de las importaciones definitivas de cualquier mercancía que se consuma en el país, ya sean bienes de consumo propiamente dichos, así como también insumos o maquinaria y equipos. En cambio, la importación temporaria, que es la compra de un insumo que forma parte de un producto que luego es exportado, queda afuera de la norma.

La resolución indica que los importadores deberán realizar una declaración jurada en forma previa a la emisión de la nota de pedido que utilicen para contactarse con su proveedor en el exterior. Esa información, advierte la AFIP, será puesta a disposición de otros organismos que adhieran al nuevo mecanismo, entre los cuales se destacará la Secretaría de Comercio Exterior. Los organismos involucrados se deberán pronunciar en un lapso no explicitado. La resolución tampoco describe en qué consiste ese pronunciamiento, es decir, si el Gobierno sólo debe informar haber recibido el detalle sobre la intención de importar o si tiene que aprobar o no la operatoria.

De todos modos, los importadores descuentan que el nuevo esquema supone que Moreno y Paglieri tengan que dar el visto bueno a cada importación. En ese sentido, Moreno les informó recientemente a los empresarios que deberán, desde febrero (al igual que la puesta en vigencia de la resolución), realizar una nota de pedido por mail al Ministerio de Economía, lo que agrega otra vía de control sobre el flujo de comercio.

Uno de los objetivos del Gobierno es que el equipo de Moreno, que ahora maneja la administración del comercio exterior luego del cambio de gabinete que desligó de esa función a la cartera industrial, trabaje en forma más coordinada con otros organismos públicos, para que la información no provenga únicamente de los propios empresarios. En ese sentido, la vinculación entre diferentes áreas gubernamentales mejoraría con la declaración jurada anticipada de importación y el cruce de datos entre la AFIP, Economía y otros organismos competentes. Según indica la resolución, el nuevo formulario deberá tener datos consistentes con los números finales de cada operación de compra en el exterior.

La capacidad de los gobiernos de administrar el comercio exterior está bastante limitada por las normas que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC), hechas a medida de las necesidades de las multinacionales y de los países donde estas firmas ejercen hegemonía para que puedan desplegar a lo largo y ancho del mundo sus cadenas de valor. En ese sentido, la utilización que el gobierno argentino hace de las licencias no automáticas de importación, para controlar la entrada de productos, está siendo estudiada por la OMC y no se descarta que Bruselas se pronuncie en forma negativa, iniciando un proceso de presión para que Argentina liberalice su esquema. Nuevas formas de control comercial, por ejemplo a través de la declaración jurada anticipada, podrían reducir la relevancia de las licencias no automáticas y así esquivar la presión de los organismos internacionales, aseguran analistas.
Fuente: P.12-

miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿ Estamos al borde de una nueva recesión económica global?



Hace un par de semanas corrieron por los nervios de la economía mundial dos noticias como un encendido hilo de pólvora: por una lado, los mensajes inquietantes de J. C. Trichet, gobernador del Banco Central Europeo, respecto a eventuales turbulencias financieras derivadas de la frágil e inestable situación financiera de los países periféricos de la Europa unitaria, y por el otro, la crónica proveniente del quebradizo acuerdo político sobre las enfermas finanzas públicas entre la tropa parlamentaria republicana y la presidencia demócrata de Obama.

Ambos hechos fueron otro catalizador del nerviosismo imperante en los mercados financieros del planeta desde hace varios meses. Estas circunstancias bastaron para que los oráculos de la vida moderna anunciaran el regreso de vientos huracanados recesivos. En una sola voz, banqueros centrales y organismos financieros internacionales, ajustaron a la baja sus pronósticos macroeconómicos: habrá al final del 2011 y en todo el 2012 menos crecimiento de la producción, del empleo y del comercio; más pobreza para millones de humanos, dicho sea en otras y duras palabras. Con una velocidad sin precedente, los mercados bursátiles, templos del dinero y del poder financiero, transmitieron su fulgor recesivo a la producción y el comercio globales, aunque algunas naciones, quizá, pudieran salir relativamente indemnes de esta ola futura de pesimismo económico.

Todavía están frescos en nuestra memoria los sucesos que desencadenaron la recesión del bienio 2008-2009 (bonos basura y derivados, artefactos que estallaron de formas diversas en varias bolsas); todavía el mundo se creía hasta hace unos días que se estaba ya en un estado de convalecencia económica y financiera, cuando otra vez estamos o parecemos estar, según los oráculos mencionados, al borde de una nueva recesión económica global. El problema en cuestión ni es nuevo ni es irrepetible; su naturaleza compleja y persistente ha sido estudiada hasta por los economistas, sin soslayar los augurio tristes de los trovadores y las prédicas sombrías de clérigos, saltimbanquis y pregoneros.

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inShare. Cuando se debatieron en foros de todo tipo y nivel las causas inmediatas de la Gran Recesión de 2008-2009 se exhibieron, en última instancia, dos posturas aparentemente irreductibles: los liberales de viejo y nuevo cuño han sostenido que la política monetaria expansiva (cuyo reflejo es una bajísima tasa de interés) en la economía norteamericana, alentó el consumo y la inversión de forma artificial. Los opositores a este añejo dictamen espetaron el suyo: la desregulación de los mercados financieros alentó prácticas irresponsables que se tradujeron en burbujas que tarde o temprano tuvieron que reventar. En la arena intelectual y política entonces volvieron a mostrar su fuerza e influencia dos viejos contendientes: liberales contra intervencionistas, partidarios de los mercados libres contra partidarios de los mercados regulados, descendientes de Friedman contra albaceas de Keynes, si queremos ponernos algo sofisticados en el retrato impresionista de los protagonistas de esta controversia, necesaria y saludable por demás.

Hace muchísimos años un agudo observador del capitalismo infante, Thomas R. Malthus, advirtió en los albores del siglo XIX: no se puede absorber por la vía de la demanda todo lo que produce, y los resultados eventuales y frecuentes serán las parálisis productivas. Keynes lo reivindicó y armó su edificio teórico con base en este postulado teórico, haciendo las proposiciones de política económica consecuentes. Entre uno y otro, Marx y los marxistas abonaron esta idea, pero con conclusiones sociales y políticas de corte revolucionario. Entre 1917 y 1991 se vivió el hoy difunto socialismo como una presunta forma de esquivar estas dificultades innatas del capitalismo, al tiempo que surgían los vehementes detractores, de clara estirpe liberal, de esta utopía igualitaria.

Lo que siguió después del derrumbe de bloque soviético y de la aparición del socialismo chino, para mencionar dos hechos emblemáticos que dan cuenta de la nueva hegemonía capitalista, es la persistencia del mayor problema económico de éstas: la insuficiencia de la demanda efectiva para absorber su colosal capacidad productiva; se enfrentan, como nunca, las dificultades endémicas para vender lucrativamente todo lo que se puede producir. Pobres y necesitados hay por millones, pero sus necesidades naturales no cuentan en este sistema económico que percibe la demanda sí y sólo sí tales necesidades tienen efectivamente el aval de votos monetarios.

"Darle la razón al fundamentalismo liberal o al fundamentalismo intervencionista es simplificar irresponsablemente la naturaleza contradictoria e impredecible de los itinerarios de las economías de mercado".La relación sostenible entre mercado y Estado estará de aquí en delante en el núcleo de la controversia actual entre los hacedores de política económica y los actores políticos, entre la clase política empoderada y la opositora, entre los mismos oráculos y chiflados de estos años pardos y, por supuesto, entre las masas ciudadanas que reclaman justicia, equidad y bienestar en sus vidas. En ese contexto amplio se tiene que ubicar el debate actual en torno a los orígenes de la mal llamada Gran Recesión (Reinhart y Rogoff) y, sin ninguna duda, en torno a las mismas políticas económicas y sociales para salir de este atolladero de dimensiones globales.

“Tanto peca el que mata la vaca como el que agarra la pata”, dice el viejo y sabio refrán. La desregulación exagerada de los mercados financieros fue parte del problema, así como una política monetaria laxa y prolongada que jugó con la fantasía de inyectarle poder de compra a mercados atrapados en restricciones presupuestales (públicas y privadas), y teñidos por desigualdades sociales.

Darle la razón al fundamentalismo liberal o al fundamentalismo intervencionista es simplificar irresponsablemente la naturaleza contradictoria e impredecible de los itinerarios de las economías de mercado. La incertidumbre es inevitable, administrarla sensatamente, digo…, es lo único que parece tenerse a la mano para enfrentar las veleidades del ciclo económico del capitalismo contemporáneo.

Las crisis económicas globales las conocíamos tal vez por los libros de historia escrita y, quizá también por una oralidad amena de los viejos que las vivieron. Hoy sabemos que éstas vendrán antes de que estallen, los oráculos nos las anuncian en tono grave y, no sobra mencionarlo, en los noticieros de la mañana o de la noche, o en la mismas tuitedas o feisbuqueadas diarias.

Sabemos que las recesiones económicas existirán, que son inevitables, pero no sabemos por ninguna ciencia cierta cuándo regresarán y de qué magnitud y duración serán.
En estas horas de incertidumbre galopante vale citar a Keynes, que en los renglones finales de su obra mayor escribió precavidamente: “las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se cree. En realidad el mundo está gobernado por poco más que esto. Los hombre prácticos, que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de algún economista difunto”. Tomemos nota, por favor.
Rev. América Economía.

martes, 22 de noviembre de 2011

Un socio para no descuidar- Sudáfrica.


Hoy el comercio Sur-Sur tiene más relevancia que nunca; cómo complementarse

Por Maria Florencia Carbone | LA NACION


rimero lograron sumar su "S" a la marquetinera sigla BRIC (Brasil, Rusia, la India y China). Ahora quiere adueñarse del título de puerta de entrada al continente africano: el posicionamiento internacional de Sudáfrica avanza.

"Creemos que el concepto de puerta de entrada es en el que debe enfocarse la relación bilateral entre la Argentina y Sudáfrica", dijo el embajador de Sudáfrica en el país, Tony León, en el palacio San Martín durante el seminario "Sudáfrica y la Argentina: puertas de acceso a oportunidades continentales", organizado por la Comisión Binacional, la embajada de Sudáfrica y la Cancillería. "En un mundo en recesión, continuamos promoviendo el comercio y las inversiones Sur-Sur", dijo León.

A lo largo de dos jornadas se escucharon disertaciones de diplomáticos, académicos, empresarios y representantes de organizaciones intermedias de los dos países.

Carlos Sersale, embajador argentino en Sudáfrica, explicó que el desafío es generar instrumentos "para corregir asimetrías, que no son el resultado de una relación desbalanceada, sino de la diversificación de nuestras tecnologías". Pero agregó que ambos países están cooperando en áreas que generan valor agregado, como la nuclear, la agrícola, la espacial, y en defensa.

"La complementariedad entre ambos países se basa en la similar dimensión de nuestras economías y su cercanía geográfica. Esta relación no se ha potenciado en años anteriores porque no ha habido mucho conocimiento y sus historias han mirado siempre al Norte", agregó.

Sersale y otros expositores evaluaron que iniciativas como el seminario son una buena contribución para continuar la cooperación bilateral en materia económica, política y cultural.

Rob Davies, ministro de Comercio e Industria sudafricano coincidió en que ambos son "países parecidos con desafíos similares. Africa, además, es la segunda región con crecimiento más rápido". Además, destacó la capacidad de ambos países para superar "la recesión mejor que los países en desarrollo, debido a la fortaleza de los mercados domésticos de ambos países".

Dimensión del fenómeno
Javier Rando, subsecretario de Industria, apeló a los números para dar una idea de la importancia de las economías en desarrollo. "Para 2015 los países emergentes representarán una porción del producto mundial mayor que los desarrollados, y el peso de las economías del G-7 será equivalente al peso económico que tendrán las siete economías en desarrollo." Y agregó otro dato: "En 2008, el PBI de los BRIC era equivalente al 80% de los Estados Unidos; en 2015, se estima que este porcentaje se duplique para llegar a 160%".

Rando habló también de los desafíos. "Una de las materias pendientes es el patrón de reinserción comercial externa en términos de agregación de valor de nuestras exportaciones: sólo un 31% del total exportado de la región son bienes industriales. No existen en el mundo casos de desarrollo basados en la producción de materias primas, porque tienen una capacidad acotada para distribuir ingresos e incluir personas en la producción, sumado a un acotado perfil para realizar avances tecnológicos", advirtió.

El moderador de uno de los paneles dedicados a la visión del sector privado, Lyal White, investigador y consultor sudafricano, presentó a Gustavo Grobocopatel, presidente de Los Grobo, uno de los empresarios que participó del encuentro. Grobocopatel, tras describir el modo en el que aumentará la demanda de alimentos y la necesidad de mejorar las técnicas utilizadas, explicó el modelo de negocios que aplica su compañía y señaló el potencial de Sudáfrica para replicarlo.

En tanto, Kart Lippert, presidente de Sabmiller América latina, espetó: "Es hora de que el mundo en desarrollo tome su lugar en el mundo".

A su turno, Myles Ruck, presidente del Standard Bank Argentina, describió la experiencia del banco en el continente africano. "Africa se encuentra en el top ten de países con mayor crecimiento de su PBI. Standard Bank se expandió por el continente, sabiendo que para desarrollarnos debíamos crecer más allá de las fronteras de Sudáfrica. Y a pesar de problemas como la falta de infraestructura, nuestra experiencia en países en desarrollo nos permitió continuar creciendo en estos países, que liderados por China, son claves para el crecimiento", sostuvo.

Pata local
Por último, Luis Otero Monsegur, presidente de SA San Miguel, describió su experiencia en Sudáfrica. Destacó que es importante buscar un socio local, y señaló como aspectos por mejorar la falta de recursos humanos capacitados y las regulaciones legales relacionadas con los derechos de la tierra.

"La inversión que hicimos este año fue impulsada por dos factores primordiales: la calidad y cantidad de cítricos sudafricanos, que supera en forma significativa la producción argentina, y el acceso a los distintos mercados que tenemos desde allí. Hoy, desde Sudáfrica, estamos muy rápido en Medio Oriente, con un transit time menor a 15 días, cuando desde la Argentina el recorrido insume no menos de 30", explicó..

lunes, 7 de noviembre de 2011

Alianzas que habilitan un lugar privilegiado


Las grandes tiendas y cadenas de supermercados pueden transformarse en un socio clave para las pymes a la hora de exportar; el año pasado se vendieron tantos productos locales a Walmart como el total de lo que fue a Grecia; beneficios y desventajas de negociar con gigantes privados

Por Maria Florencia Carbone | LA NACION

aradojas de la globalización: al tiempo que la realidad cotidiana se vuelve cada día más grande y compleja, para tener éxito hace falta poner atención en los detalles.

Ya no se miran mercados. Se buscan clientes.

Ya no se piensa en países. Se tejen alianzas con empresas.

Y en el listado de potenciales aliados, las grandes cadenas de supermercados y tiendas departamentales se han vuelto una herramienta clave para muchas empresas que quieren exportar.

"Según números de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), alrededor del 60 por ciento de las ventas de alimentos y bebidas, especialmente en los países desarrollados, se dan en cadenas de retailers ", comentó Gustavo Idígoras, socio gerente de BIM, consultora especializada en agronegocios y bioenergías.

Idígoras, que durante cinco años fue consejero agrícola de la Argentina ante la Unión Europea, en Bruselas, y negociador por cuestiones sanitarias y comerciales en las exportaciones de productos agroalimentarios, pesqueros y forestales, así como de energías renovables y cambio climático en relación con la producción de alimentos, recordó algunas cifras que relevó durante ese tiempo.

"Según un trabajo que hice, en 2007 los retailers comercializaron 800.000 millones de euros. La primera cadena europea, que es Tesco, vendió 50.000 millones de euros en alimentos y bebidas", contó. Y para dar una idea del peso que tienen, comparó esas cifras con un dato tan local como contundente: "Las exportaciones argentinas de alimentos y bebidas -incluidos granos y harinas- fueron de US$ 35.000 millones".

Lograr transformarse en proveedor de una gran cadena implica beneficios que van más allá de asegurarse un cierto volumen de ventas: la transferencia de reputación entra en juego (tal como lo explica Marcelo Elizondo, ver recuadro).

"Estar presente en estas cadenas a través de acciones de promoción, por ejemplo, resulta muy importante para lograr la sustentabilidad comercial de un producto de exportación. Considero que hoy toda política de promoción de exportaciones de un país debe incluir a las grandes tiendas, súper e hipermercados del mundo. Por ahí pasa una parte sustancial del comercio. En el caso de Francia, alrededor del 60% de las ventas", dijo Edgardo Malaroda, jefe de la sección comercial de la Embajada argentina en Francia.

El funcionario ha sido promotor de iniciativas como el Mes argentino en Galerías Lafayette (enero de 2010), oportunidad en la que más de 200 referencias gourmet de aquí tuvieron un lugar especial en 20 puntos de venta de la tienda francesa.

Es cierto que sin la mano estatal (la Fundación ExportAr ha organizado promociones especiales en El Palacio de Hierro, Karstadt, Walmart, El Corte Inglés, Carrefour y Harrods, entre otros) el desembarco en una góndola no es tarea sencilla.

Fuente: La Nación- Especial Comercio Exterior

martes, 1 de noviembre de 2011

Las pymes, el gran motor distributivo


Las pymes son la clase media de la economía. Y, como la clase media, ocupan el centro de los discursos, aunque esas declamaciones no siempre se concreten en la realidad.

Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio Pyme, dice estar convencido de que "las pymes son el gran motor de distribución positiva de la riqueza".

"Un país con muchas pymes es un modelo donde la distancia social entre el empresario y el trabajador es mucho menor que en un país que tiene sólo grandes empresas", acota.

Casi de inmediato, admite tener una gran frustración: "Invertimos muchísimo para relevar muchos datos, pero frustra ver que hay cierta inercia intelectual. Los datos están, pero la gente sigue hablando como si no existieran".

Donato contó que el Observatorio realiza entre 6000 y 7000 encuestas anuales a pymes de diferentes provincias para identificar sus problemas y necesidades.

Si bien esa radiografía muestra diferentes prioridades según la zona, los temas se repiten: logística, energía, acceso al financiamiento y disponibilidad de recursos humanos capacitados.

-¿Cómo es el mapa pyme del país?

-Hay alrededor de 1.800.000 pymes (eso incluye a monotributistas y microempresarios, también). Alrededor del 40% está concentrado en la Capital Federal y el conurbano, en un territorio que es menos del 3% del nacional. Además, hay núcleos territoriales muy densos como Mendoza capital y San Rafael; Córdoba, donde la distribución tampoco es uniforme en todo el territorio; lo mismo ocurre en Santa Fe, donde hay polos importantes en Rosario, Reconquista, Venado Tuerto y Rafaela, por ejemplo.

-¿Cuántas de esas pymes exportan?

-Alrededor del 20%, también con mucha diferencia: en el Chaco, 3%; en Zárate, Campana, Pilar, Escobar, 30%.

-¿Cómo es la situación con las pymes italianas, referentes mundiales en la materia?

-Entre el 45 y 50% de las pymes italianas exportan. Nos falta mucho.

-¿Y cómo estamos respecto de la región?

- La Argentina todavía es un país que tiene relativamente alta tasa de empresarialidad pyme. Tiene una proporción de empresas exportadoras más alta que el promedio de la región, aunque hay países que se están acercando muy rápido, como Colombia, Brasil y Chile.

-¿Está bien pretender que todas las empresas exporten? ¿Qué aporta a la economía de un país contar con firmas vinculadas al mercado internacional?

-Es que si no exportás, te exportan. Si no somos capaces de competir en los mercados internacionales, si no tenemos empresas dotadas para hacerlo, otros que sí lo están vienen a tu mercado. Exportar es simplemente un punto de llegada, una fortaleza competitiva global. Si exportás quiere decir que estás en condiciones de batallarle al mercado brasileño; si no, quiere decir que el brasileño te exportará e invadirá tu mercado. De manera que exportar o no exportar, no existe. ¿Qué hacer cuando otros exportan a tu propio mercado? ¿Cerrar la barrera? Es insostenible, por eso es vital exportar.

Ya no hay mercado interno y externo, hay un mercado. Lo ocupás vos o te lo ocupan. Y para ocuparlo tenés que desarrollar ciertos músculos. Tenemos industrias que se desarrollan localmente pero no exportan. Eso significa que apenas cae un poco el tipo de cambio o se bajan las barreras arancelarias, hay una invasión externa de productos brasileños, chinos o lo que fuere.

-¿Son más vulnerables las pymes a la crisis?

-Hay muchos canales de transmisión, y cada uno tiene un impacto distinto en función del segmento dimensional y el sector. Como las pymes no tienen acceso al mercado financiero, la tasa de interés les pega relativamente poco. Claro, al mismo tiempo es un límite para su expansión. En el canal del comercio a las chicas les pega bastante fuerte porque los mercados que absorben mercancía para ese 20% que exporta se cierran o te invaden. Las empresas están afectadas y lo estarán más porque además tenemos problemas propios, presión de los costos internos que de alguna manera con un dólar fijo reduce los márgenes de rentabilidad. ¡Y menos mal que no hay una política ingenua respecto de la apertura del mercado! Podría ser peor.

-La actual política de protección no parece sustentable en el tiempo...

-No es una política sostenible, es un parche, una medida de coyuntura que hay que tomar porque antes -y no hablo de un gobierno sino de graves problemas estructurales- el Estado no hizo lo que debería haber hecho. Hablo de infraestructura, energía, dotación de recursos naturales.

-¿Cuál es el papel del Estado y de los privados para solucionar esos problemas?

-No quiero excusar de responsabilidad a los empresarios pero los temas que mencioné son todos estructurales, hacen al ambiente productivo y de negocios, pero escapan al rol del empresario.


Energía. Tenemos insuficiente dotación de energía para las empresas, a pesar de que las cosas mejoraron a partir de 2007. Medimos sistemáticamente una variable: preguntamos a las empresas cuántas veces se les corta la luz de manera sorpresiva por más de media hora durante el año. Eso disminuyó desde 2007 hasta ahora. El tema energético mejoró pero todavía limita la expansión.


Insuficiencia de recursos humanos calificados. Las empresas hacen sus esfuerzos de capacitación pero el país no tiene una dotación suficiente como para permitir la expansión más decidida de las empresas. El 80% de las empresas tiene dificultades medio altas para conseguir operarios calificados, técnicos de nivel terciario; 40% para encontrar mano de obra no calificada; y 30% de las pymes tienen problemas para conseguir profesionales jóvenes con formación universitaria.


Financiamiento. Los argentinos no tenemos respeto por nuestra moneda. ¿Quién ahorra en pesos? Nadie. Hay pocos depósitos en pesos en los bancos, el 10 o 15% del PBI. En cualquier país normal eso es el 80 o 90%. Las empresas no pueden crecer porque están completamente capitalizadas con recursos propios, que son pocos y caros.


Logística. El Ferrocarril Belgrano, el puerto, los aeropuertos, los sistemas aéreos, los sistemas del costo, el transporte, que es el doble en términos reales que en cualquier más país desarrollado. Trasladar la mercadería es muy caro. Las empresas de Buenos Aires están un poco mejor que las del NOA, Santa Fe tiene menos costo logístico...

Estos temas escapan a los empresarios pequeños. Son problemas que impiden crecer sustentablemente. No es que las empresas no están creciendo, pero podrían hacerlo a tasas más altas.

-¿En qué tiene responsabilidad el sector privado? ¿Cuáles son sus deudas?

-Falta de profesionalización de las propias empresas. Las empresas privadas necesitan un shock de profesionalidad en su gestión. Hacen falta más certificación de calidad, más normas de procedimiento escritas. Menos gestión familiarística de los negocios.

FUENTE Diario La Nación.- Suplemento Comercio Exterior

viernes, 28 de octubre de 2011

Un nuevo ocaso en la rentabilidad naviera


Por Emiliano Galli | LA NACION

En la crisis de 2009, las pérdidas de la industria naviera llegaron a US$ 20.000 millones, las mayores de la historia. Este año, podría ser peor.

El péndulo maldito volvió con fuerza y el ciclo negativo se cierne otra vez sobre el sector: la oferta global aumentó este año en 1,28 millón de TEU, y la flota de portacontenedores creció un 8,5% en 2011. Pero la demanda se escapó, y de nuevo la oferta de espacio y buques entró a un salón de fiestas sin invitados. Los fletes marítimos caen en picada, y las finanzas marítimas se derrumban.

Bernardo Bernat, director de Ocean Trade-Lanes para América latina del integrador logístico CEVA, dijo que esta baja de fletes se debe a dos factores: una postura "extremadamente conservadora" de los cargadores, que comienzan a achicar sus stocks como medida preventiva a la crisis o que apuestan a una reducción de la demanda interna en sus mercados, por un lado, y a una fuerte pelea de los carriers líderes Maersk y MSC "por mantener su participación de mercado, por lo que ninguno da el puntapié inicial para racionar la oferta de capacidad, como ocurrió a mediados de 2009". Respecto de la evolución del transporte marítimo internacional, Bernat recordó que entre fines de 2008 e inicios del 2009 se dio una situación similar en cuanto al comportamiento de los cargadores, con una reducción de la demanda debido a la crisis norteamericana, situación ante la cual "los fletes comenzaron a bajar vertiginosamente, pero los carriers reaccionaron con el retiro de buques del mercado hasta encontrar un punto de equilibrio en el último trimestre de 2009, cuando los fletes se estabilizaron pero en niveles muy bajos".

"Luego, los cargadores descubrieron que la crisis no iba a tener alcances tan dramáticos en el consumo y vieron que sus stocks estaban peligrosamente bajos. Comenzaron a comprar agresivamente en Asia, pero las líneas ya habían retirado casi el 30% de la flota disponible, y sobrevino el efecto inverso: una estrepitoso incremento de demanda con una oferta de bodegas totalmente limitada. Los fletes explotaron literalmente con incrementos casi quincenales", explicó. Así las cosas, con fletes sólidos, en el segundo trimestre de 2010 los carriers comenzaron a activar parte de las buques amarrados sin uso comercial, y lograron un 2010 con rentabilidades récord, recuperando 18.000 millones de los 20.000 millones de dólares perdidos. "Así de volátil es el mercado", graficó.

La diferencia hoy, para el ejecutivo de CEVA, es que nadie quiere ser el primero en retirar buques del circuito. Mientras años atrás hubo un acuerdo casi tácito, ahora la batalla es entre espaldas financieras. "Esto continuará hasta que algún carrier de tercera línea llegue al límite de su capacidad de financiación y comience a retirar naves, provocando un efecto cascada", advirtió.

Los rumores de quiebra son tan cíclicos como las crisis que afectan al sector. "En 2009 hubo sólo una quiebra real -Senator Line- considerando que fueron muchas las que estuvieron mordiendo el polvo. En esa época, muchos bancos y fondos nacionales decidieron salvar sus líneas de bandera; además del caso de CSAV, donde su mayor acreedor cambió su deuda millonaria por una participación significativa en los negocios de la compañía", agregó Bernat.

"Es difícil creer -continuó- que los bancos estén dispuestos a financiar a las mismas líneas dos años después y cuando muchas aún no pudieron pagar los préstamos tomados en la crisis de 2009. El caso más complejo es el de CSAV, que adoptó una estrategia muy expansiva en 2010 y hoy se encuentra con muchos contratos de chartering a valores muy altos: CSAV perdió US$ 512 millones en el primer semestre, casi US$ 3 millones por día", aseguró.

Fuente: Diario La Nacion.